La mayoría de nosotros
creemos en los medios de comunicación porque se han ganado nuestra confianza
mediante información veraz, objetiva y sin ser manipulada. Pero, ¿Qué sucede
cuando los medios comienzan a generar información que se desvía del tema que
realmente es de nuestro interés?
Cuando eso sucede, el medio
de comunicación se transforma en sensacionalista, y si además utiliza elementos
gráficos para realzar la nota, pasaría a convertirse en un medio amarillista. Si
bien es una práctica que hoy en día ocurre más seguido debido a que el auditorio
se ha acostumbrado, ya que los medios han visto que el sensacionalismo y
amarillismo les dejan ganancias millonarias.
La política no está exenta
del sensacionalismo o amarillismo, en México se han dado casos en los cuales,
los políticos han estado en el ojo del huracán, por acciones muy alejadas a lo
que es su labor como servidores públicos.
Para ejemplificar, tenemos
el caso del precandidato interno por el Partido Acción Nacional (PAN) para la
presidencia de la república, Santiago Creel Miranda. Durante su gestión como
secretario de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox Quezada (2000-2006) tuvo
una relación sentimental con la actriz de Televisa, Edith González, de dicha
relación nace un bebé.
Dicho acontecimiento desvió
las miradas y la opinión pública del trabajo como secretario de gobernación,
que en ese momento venía realizando. Si se recuerda un poco, durante su labor, otorgó
concesiones para que la empresa televisiva diera apertura a casinos.
Con esto, los medios
comienzan a ejercer una presión para que Creel Miranda y la actriz Edith
González dieran declaraciones sobre su relación pero por obvias razones ambos
desmintieron el hecho. El tema duró semanas en la agenda pública, lo cual
sirvió para desviar la atención del trabajo político que hasta ese entonces
estaba realizando Santiago Creel.
En ese momento, los medios
adoptaron un papel amarillista y sensacionalista de sacar la vida privada de un
político, el cual a nosotros como ciudadanos no nos debería interesar.
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