En entregas pasadas mencioné
algunos rasgos del accionar en los medios de comunicación, con lo cual se daba
inicio a un ligero análisis en general y de los efectos de la información en
los consumidores, es decir, nosotros.
Al paso de los días, recordé
situaciones en las cuales los medios se convertían en el centro de ataque
contra actores de televisión, deportistas y políticos, siendo estos últimos los
más afectados. Debo confesar, que no estaré a favor de los ataques, sino más
bien a favor de críticas que ayuden a la construcción de una mejora social y
personal.
Ligeramente, ayer mencionaba
el caso del político Santiago Creel
Miranda con la actriz Edith González,
y de cómo los medios utilizaron este hecho para desviar la atención, y no se
informara correctamente el trabajo que Creel estaba realizando, con relación a
la concesión para la apertura de casinos de una empresa televisiva.
Lo indicado anteriormente,
se podría ilustrar con varios procesos, no sólo con temas de política, sino
también deportivos y de la farándula. Este accionar se justifica con el nombre
de informar, y hacer llegar la verdad a la ciudadanía que está ávida de
información.
Con esto quiero llegar a un
ejemplo más de cómo los medios de comunicación se convierten en agresores de la
información, pero a su vez, surgen medios en defensa de la verdad. Este ejemplo
lo ubicamos en el hermoso estado de Veracruz,
siendo más puntuales, en el municipio de Huatusco.
Llevando acabo un recorrido
por Internet, ubiqué curiosamente un caso, donde un medio ataca a una persona
de forma constante; sin duda esto llama la atención de cualquier persona, en
este caso se trata de un periódico que se hace llamar El
Buen tono, que es una empresa periodística ubicada en Córdoba, dicho diario, se ha
encargado de realizar ataques para ensuciar el nombre, y el trabajo del candidato a Diputado Federal de Acción Nacional, Víctor Serralde Martínez, por el municipio de Huatusco. Este medio ha publicado notas donde se le tilda de
corrupto, que los habitantes de Huatusco
no lo conocen, acusaciones como estas apunta a una dirección, El Buen Tono ha dejado de trabajar por
sus principios básicos de informar objetivamente y con credibilidad, lo cual es
síntoma de que sus directivos han visto afectados sus intereses políticos con
la candidatura de Serralde Martínez.
Las acciones de El Buen Tono han mermado la institución
periodística, el único fin de hacer daño a la imagen de un candidato que ha
obtenido la oportunidad democráticamente de participar por un cargo público.
Sin duda, esto es un caso que se debe seguir puntualmente, ya que surgen varias
interrogantes tales como ¿Por qué atacar a un candidato que se encuentra fuera
del municipio de Córdoba, dónde se
localiza el periódico?
Sin duda alguna, ahora El Buen Tono dejo de lado esto, y
llevará la cruz pesada en sus líneas de arrastrar un mal manejo de la
información.
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