sábado, 26 de mayo de 2012

Lenguaje político: cinco fundamentos del político

Un político dentro de su ámbito laboral, debe contar con distintas características para tener un buen funcionamiento dentro del sistema político. El político deberá ir perfeccionando en el trayecto de su carrera estas genialidades.

En esta ocasión este trabajo se orientará al lenguaje político, debido a que dentro de éste se fundamentan una serie de puntos básico a seguir, por lo tanto es esencial tener como base dichos apartados.

Las funciones generadas dentro del lenguaje político deberán estar agrupadas en cinco apartados: A) difusión de la información, B) programación de la agenda, C) interpretación y relación  D) proyección hacia el futuro y el pasado, E) estímulo para la acción.

Un verdadero político que maneje a la perfección estos apartados, siempre tendrá bajo control a una sociedad, debido a que dentro del lenguaje político entran en juego los sentimientos y los pensamientos en grupo. Esto quiere decir, que si a la sociedad se le da un lenguaje lleno de sentimentalismos con una parte de igualdad en los objetivos, estos entenderán y sabrán esperar.

Como primer elemento se tiene la difusión de la información, aquí el político tiene como obligación para él,  dar o no la información adecuada de la actividad política, esto dependerá del interés que persiga el político.

Como segundo punto se tienen la programación de la agenda, a esta la podemos ligar con la llamada “agenda setting”, la cual es particularmente el dar una noticia y que ésta sea el centro de atención por parte de los medios masivos de comunicación, que al pasar por ellos, se convertirá en discusión para la opinión pública.
Interpretación y relación, es el tercer punto que conforma el lenguaje político. Los grupos políticos deberán poner en acción toda su persuasión y saber manejar la relación de los contextos sociales que viven sus ciudades o comunidades.

Se puede pensar que el cuarto apartado es el preferido por los individuos que manejan un cargo público relevante, debido que en éste, el pasado ha dejado de importar, su único objetivo es el futuro y la proyección que este pueda tener para el bienestar de la sociedad.

Por último se tiene los estímulos para la acción, es simplemente la acción de persuadir y convencer a un auditorio para contribuir a un acto que tenga como objetivo propio el interés del personaje político, enmascarado de una acción social.

Como sea visto, son cinco puntos sencillos, pero dentro de estos se juega con el poder,  con objetivos, con intereses que deben ser entendidos como prioridades para el político, y si éste aún quiere seguir en plena facultad de dirigir, liderar o guiar a una sociedad, estado o comunidad, debe empeñarse en aplicar toda la atención a su lenguaje político.

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