sábado, 2 de junio de 2012

El graffiti: sentir y hacer sentir

Hoy Quiero hablar sobre un tema, que he visto no sólo el DF, sino también en otros lados de México, esto es la forma de expresión de los jóvenes, el llamado graffiti.

Ellos están presentes en cualquier parte donde exista un lugar para que sean plasmados; en cada rincón se pueden encontrar, siempre accesibles para comunicar la realidad social por la cual atraviesa una persona, una sociedad e incluso un país, así son los graffitis, comunican lo que quizás las personas se atreven a callar.

Más que una forma de expresión o algún dibujo que está fuera de la realidad, el graffiti ya forma parte cultural de la sociedad, siendo más específicos, en la sociedad mexicana.

Es estos últimos tiempos, el graffitear o muralear ha ido transformándose en cuanto a las técnicas de hacerlo y a la forma de comunicar. A esto se le añade las nuevas categorías que surgen, antes sólo se les nombraba en general graffiti. Últimamente y lo más reciente, es el denominado graffiti orgánico, de cierta manera fusiona dos procedimientos, uno es la pinta con lata, la cual es pintura en aerosol, y la segunda es con pintura base agua, la más común.

Con esto también cambia el proceso de comunicar, ahora las imágenes plasmadas en las bardas son menos representativas de la realidad que se atraviesa; ahora solamente se pintan dibujos de corte infantil. Se podría llegar a pensar, a dar un análisis de que a los jóvenes practicantes de esta arte urbana, han perdido interés por comunicar su realidad, su problemática, y la mejor forma de evadir eso es creando un mundo donde no sucede nada, un mundo infantil donde la preocupación queda de lado.

Si bien el graffiti se considera ya como una forma de comunicación emergente, se ha ganado este lugar porque a finales de los años 90’s se dio el boom, y todo muro inicia a comunicar. Con esto trato de referirme al graffiti que se conoce hoy en día, no como los anteriores que solamente eran escritos; ciertamente se les denomina también graffiti; como se sabe toda pinta en pared se considera como graffiti, debido a que su etimología, u origen de la palabra es pinta.

El pintar una barda de forma abstracta como se ha dicho anteriormente, ha sido objeto de estudio para diversos antropólogos y sociólogos. Quizá actualmente entren ahora los comunicólogos. Con esto surge una pregunta ¿para qué estudiarlos? Sencillamente los sociólogos así como los antropólogos, los toman como base de estudio para saber los mecanismos de funcionamiento que tienen los grupos urbanos, en otras palabras, se les podría llamar tribus urbanas. En lo personal esta forma de llamar a los grupos sociales, es de forma muy despectiva pues se realiza un retroceso, remite a cuando el hombre se encontraba en la época de las cavernas, sin conocimiento alguno, sin saber que había más allá de sus narices, por eso lo considero como un retroceso.

Continuando con el tema del graffiti, es muy pertinente hacer mención de que su realización es como toda arte, por amor. Para trasmitir ese sentir por el cual uno atraviesa es necesario dar una dosis de amor al trabajo. Puede parecer ridículo, pero cuando se hace una pinta sin algún sentimiento, el trabajo queda vacío.

Pocos estudios o mejor dicho, ningún estudio ha mostrado el lado sentimental o emocional de cómo se realiza un graffiti, todos hablan de lo que trasmite o puede llegar a hacerlo. Si bien existen documentales de cómo se hacen, y las formas de llevar a cabo pintas clandestinas, nadie toca el tema de lo sentimental.

Así como el pintor, el músico, el escultor, el alfarero y el escritor le imprimen un sentimiento, una pasión para su creación, cada quien en su campo, así el graffitero imprime un sentimiento por cada pinta realizada.

Esto es un punto importante, debido a que el mural debe transmitir algo. Sin sentimiento alguno sólo queda en eso, una pinta en una pared; no comunica, no existen elementos que hagan hablar lo realizado. Los antropólogos, sociólogos e incluso los psicólogos dejan fuera esos elementos que pueden marcar nuevos rumbos para el estudio de la sociedad, o simplemente el comportamiento de los jóvenes realizadores del arte urbano.

Por qué se aborda el tema de los sentimientos en este escrito, se hace con el afán de mostrar que el simple hecho de pintar no trasmite nada. Podría ser comparado con un discurso, donde el sujeto que lo recita si no muestra efusión, los oyentes no se humedecieran de lo dicho por el orado, lo mismo sucede cuando se hace una pinta.









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